Últimamente escucho decir que el alumnado de la ESO, de ahora, lee más bien poco. Luego recuerdo que eso también lo decían de mi generación, que fue la primera promoción de la ESO. Me surge la duda si este tipo de comentarios se han venido repitiendo a lo largo de los años y los siglos, y nosotros aún sin situar ese momento histórico donde existía una sociedad que se regia por la lectura de verdad al máximo exponente.
Generalizar siempre nos conducirá a un rotundo equívoco pero para algunos es inevitable crear una opinión sobre el comportamiento humano para alcanzar una explicación genérica y común, que nos ayude a comprender la realidad que vivimos.
Diferentes informes de lectura nos revelan que uno de los grandes problemas que Maestros y Profesores encuentran en su alumnado, es la falta de comprensión lectora. Parte de este conflicto surge del desfase entre la Lectura y la Comprensión, entre un aprendizaje mecánico de la lectura y la selección de lecturas adecuadas al lector, por lo que se va desdibujando y mucho, esa idea de disfrutar con la lectura.
La hegemonía de los medios audiovisuales, ha relegado los libros a un segundo plano. Las Lecturas Obligatorias, son una realidad que en ocasiones no cuentan con un alumnado preparado y que mayoritariamente se frustra y acaba rechazando cualquier plan de lectura. Por tanto, hay que volver al principio, introducir el hábito lector de la forma más lúdica y con el mínimo esfuerzo, sólo de esta manera se logra mejorar la capacidad lectora, así cómo la comprensión lectora.
Mi sorpresa ha surgido esta semana cuando, hablando Antonio, mi tutor de prácticas, me contaba lo que estaban haciendo en la asignatura de Historia de la Música I e Historia de la Música II, cómo organiza de forma general las sesiones y otras cuestiones. Entre ellas, me sorprendió gratamente, y mucho, saber que dentro de su programación contempla la lectura de diferentes títulos como: "La Divina Comedia (de Dante Alighieri) y "Si Beethoven pudiera escucharme" (de Ramón Gener), entre otros, como Lecturas Complementarias a la asignatura.
En las clases de Antonio se habla de Historia y de Música, de hechos, acontecimientos, innovaciones técnicas y compositivas, se lee y se escucha música, se analiza... pero es muy difícil alcanzar este pensamiento musical y ser un/a músico/a completo/a si desconoces la importancia de la amistad, el valor de la pasión, aprender a escuchar, la necesidad de imaginar y tantas otras cuestiones que vivieron aquellos protagonistas de aquellos tiempos. Por ello, a través de éstas Lecturas Complementarias el alumnado logra una mayor proximidad con el Contenido y una razón para creer en sí mismos en este cruento, inesperado y fortuito mundo de la Música.
Conclusión: no es fácil, pero considero que las Lecturas Complementarias pueden enriquecer muchísimo tanto al alumnado como al docente, supone una oportunidad hacia el andamiaje y el aprendizaje significativo. Hablamos de un nivel alto de comprensión e interpretación, que va poner a prueba nuestro pensamiento crítico, nuestra interacción y expresión de distintos puntos de vista así cómo nuestra capacidad de argumentación y desarrollo de nuevos escritos o ensayos, aspecto importante en una disciplina, como es la Historia, que suele invitarnos a poner en valor y relación todo lo aprendido con cierta fluidez en los, para algunos temidos, comentarios de texto.
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